
A veces hay que usar medidas desesperadas
¿Has probado a prohibir a tus hijos leer? Espero que el título no os haya asustado. Es un titular que puede parecer una locura, pero, ¿sabéis? Incluso puede llegar a funcionar. A nosotros la literatura infantil y juvenil nos encanta y creemos que leer es muy divertido. En nuestro programa de radio casi no hablamos de otra cosa. Y aunque haya muchos mauores que digan eso de los niños no leen casi nada sabemos que ¡ya quisieran los mayores leer todo lo que leen los niños!
Pero puede que haya alguno que esté un poco despistado y lea menos, esos con los que has probado todo sin resultado alguno. Puede que la mejor fórmula sea que tú mismo leas (si estás diciendo a alguien que lea mientras tú estás con la tele o con el móvil no vale, ojo).
Pero si eres un padre o una madre desesperado porque tus hijos no leen, ¡tenemos un plan! Uno que creemos que puede ser muy efectivo y directo.
Enfrentar fórmulas de ocio no es la solución (nunca)
Y no, no vamos a aconsejarte que encierres bajo llave los videojuegos, las películas, los amigos o el móvil, en primer lugar porque encerrar algunas de esas cosas está prohibido por ley y en segundo porque no te valdría de nada. Uno de los mayores errores que cometen los mayores a la hora de intentar que los niños y los jóvenes se acerquen a leer es enfrentar a los libros con todo lo demás, porque según las palabras que habréis oído alguna vez, al menos leyendo aprendes algo, pero ¿qué aprendes jugando tanto a la videoconsola?>Quitando que muchos youtubers multimillonarios escucharon esto de pequeños y ahora han decidido bajar la paga a sus padres, lo cierto es que no vale para nada intentar confrontar la literatura con otras maneras de divertirse como el cine, salir a pasear o saltar a la comba haciendo el pino.
No vale de nada, de verdad, no lo intentes. Ni siquiera es justo hacer eso. Son cosas diferentes y no tienen por qué estar reñidas. Puedes jugar a un juego que sea una pasada y un rato después viajar a japón gracias a un manga o derrotar un par de dragones antes de comer leyendo una historia y poco después disfrutar de un buen partido de balonmano. Todo mola y lo mejor de todo es que puede haber tiempo para todo.
Cualquier fórmula de ocio es genial para quien la disfruta. Si pretendes decirle a alguien que no se eche unas partidas a la Play (con las que se lo pasa de miedo) porque es mejor dedicar el tiempo a leer, ya estás convirtiendo a la lectura en una enemiga a la que hay que odiar con todas las fuerzas.
No enfrentes ocios, de verdad, intenta combinarlos. Siempre es más divertido. Y más útil.
Una medida desesperada
Pero, si eso tampoco ha servido, repito, esta es una idea solo para último recurso, para personas desesperadas que ya no saben qué hacer y que lo han intentado todo. Atención, ¿estás preparado? Siéntate si hace falta, porque lo que te vamos a contar puede hacerte caer de espaldas…
Prohibid leer en casa.
Así, como lo oís. No hay nada que nos guste más que hacer algo que nos han prohibido expresamente y eso de poder decir en la calle que estáis más o menos delinquiendo porque aprovecháis las horas de la siesta de vuestros padres para leer sin que os dejen. O que os escondéis por la noche debajo de las sábanas. O que buscáis el modo de leer sin que nadie os vea. ¡Eso es una pasada!
La idea no es mía ni original. Solo hay que asomarse al mundo para ver cómo nos gusta hacer cosas que otros nos han dicho que no debemos hacer y eso de desobedecer a los padres… es algo que nos entusiasma. Además ya hay al menos un libro que toma esa idea y la lleva a un extremo que demuestra que prohibir hacer algo consigue, exactamente, el efecto contrario, el libro en cuestión se llama Castigado sin leer (y es genial, de verdad). También le podéis echar un ojo a otro título que me parece una maravilla: Prohibido leer a Lewis Carroll. Además, conocemos el caso de un par de lectores empedernidos que leen tanto y tan rápido que sus madres les han prohibido más de una hora al día (porque no les da ya la cuenta corriente para comprar más libros) y claro, cuando a uno le dicen que no haga algo, intenta hacerlo lo antes posible.
¿Y si funciona?
Así que, esta es la medida que os proponemos. Parece un poco desesperada y bastante loca, pero puede dar resultado, ¿quién sabe? ¿Has probado a prohibir a tus hijos leer? Prohibid leer a vuestros hijos y decidles, expresamente, que el libro ese de la estantería (el que tú quieres que se lean aunque ellos aún no lo sepan) es, precisamente, el libro más prohibido que hay en toda la casa. Que no lo lean por nada del mundo, es más, que ni lo cojan de la estantería, ¿Cuánto creéis que van a tardar en leerlo? ¡Exacto!
Ya sabéis que en Menudo Castillo nos vuelven locos los libros, así, en general y que sabemos que es difícil que nuestros niños y jóvenes no quieran leer, porque tenemos en España (y en el resto del mundo) una literatura infantil y juvenil asombrosa e impresionante, pero si tenéis el pequeño problemilla de no poder provocar que alguien lea así, directamente, lo dicho, no lo dudéis más, prohibid leer en casa y ¡asunto resuelto!
Así que te lo volvemos a preguntar, ¿Has probado a prohibir a tus hijos leer? ¿Crees que funcionará? ¿Lo has probado?
PD. En el caso de los profes… a ver, todo depende de la mano izquierda del responsable de tu centro educativo (y de las familias de tus alumnos), en este caso, aunque podría ser más que aconsejable a largo plazo… en fin, no nos hacemos responsables de los posibles resultados del experimento.
PD2. No nos hacemos responsables si la cosa sale mal, conste.